Desde más o menos mayo de este año, más o menos bien cuoteado, una versión mediática cruzada habla de la aparición de tres (3) nietos, de entre 40 y 60 años, descendientes directos del terrateniente multimillonario Juan Feliciano Manubens Calvet, fallecido en marzo de 1981, y al que ya le inventaron una hija natural paraguaya que terminó medio en chirona y un peón misionero al que el ADN le dio en la segunda bandeja de la tribuna.
Ahora extraoficialmente la promocionada prueba genética, extraoficialmente, estaría fetén y estos tres riocuartenses, de condición muy modesta y alguno con problemas físicos, pasarían a ganadores.
Lo que no concuerda mucho es el novelón que ha tirado la imponderable imaginación periodística desde varias publicaciones del sur cordobés. Primero, que Juan Feliciano no tenía hermanos y fue diputado nacional, cuando en realidad tuvo dos hermanos y el varón fue senador radical por Córdoba mientras los militares no decidían lo contrario, y él fue diputado provincial (incluso Amadeo Sabatini lo mandó a matar por cuenta y cargo de un comisario) y dos veces intendente de Villa Dolores. Segundo, a coro con un prócer del periodismo vernáculo, que era IMPOTENTE, cuando en realidad quedó estéril desde la adolescencia. Los que hablan de la esterilidad se la tiran a la sífilis, en la causa oficialmente figura una gonorrea y el testimonio de sus amigos de la infancia y compañeros de colegio siempre aseguró que una parotiditis (vulgata: paperas), que en aquellos años y a esa edad hacían estragos como, cuando decían las viejas, la infección bajaba de la garganta al entrepiernas.
Para ponerle un toque folclórico, el misionero Roberto Maidana, que gracias que está suelto y del que siempre se dijo que estaba demasiado cerca de Paraguay para tener razón, con la amenaza de una querella por intento de defraudación por unos 300 millones de dólares, verde más, verde menos, cambió de abogado. Su nuevo letrado patrocinante es el ex intendente de Córdoba y arrepentido kitchnerista, candidato a gobernador que dice que lo único que no le afanaron en la última elección fue la bufanda porque la tenía puesta y actual candidato a senador, punteando cómo en las encuestas: el gran Luis Juez, la versión peñera de la política mediterránea. Lo que nadie tuvo en cuenta es que a ras del suelo, fallecida Blanca Rosa, desde el 2008 sus descendientes se tiraron a la pileta y el ADN dio que la mujer, en realidad, era sobrina, otra prole natural no reconocida del amador José, que alernaba el vicio con su banca de senador por la UCR.