jueves, 22 de septiembre de 2011

NO LLORES POR NOSOTROS, CANDELA (V)


De movida, no llevaba 48 horas de puesta en el aire, y lo calificábamos de thriller al uso nostro. Para nada despectivo; cariñoso si se quiere. Eso sí, asqueroso desde donde se lo mire y disparado desde Cabo Cañaveral no tuvo empacho de llevarse una cámara propia para tener un Gran Close Up del tema madre hecha bolsa mira por primera vez lo que le dejaron de su hija. Con estoicismo y  hasta patriótico silencio fuimos viendo, antes y después del cadáver de la nenita, la exhumación, una a una de las figuras que se creían perdidas de la TV Basura de los 90 cuando estamos en pleno revival de los 90,  incluso con el Chango de Anillaco aliado al oficialismo y justicieramente limpio de polvo y paja de volar por una ciudad y mandar armas para que se despachurren más y mejor los hermanos de la Patria Grande. La última palabra, en la Argentina, la tiene la justicia; anterior, como es obvio, el gobernante de turno con la orden.
Ahora, cuando irrumpió el abogado platense Fernando Burlando, que no acepta una causa que no le deje mínimo 750 mil pesos de honorarios, según confesara en su momento por la tevé, como patrocinante de Carola Labrador de Rodríguez, uno empieza a creer en los milagros o que la gente trabaja y ahorra, pero cuando se hizo público que el nexo entre ambos había sido el cura Julio César Grassi, revoloteando como un pajarillo cuando tiene 15 años por la cabeza a raíz del abuso de menores, y entre los delirios muchos de Candela se llegó a pregonar el asunto de la pedofilia y de la trata, bueno, se concluyó con argentino escepticismo, esto ahora sí que se fue a la mierda. Que de un cuño netamente duhaldista en Villa Korea de San Martín, la víctima con un abuelo puntero peronista de por vida de la zona, 12 años concejal, en momentos así un heredero de los Helados Freddo como Emilio Pérsico, pope del revolucionario y kitchnerista Movimiento Evita, intercediera para llevarla hasta la mismísima Cristina, presta a salir de gira para iluminar al mundo con unas alocuciones y de paso renovar el placard, pero que ahora de nexo resucitara el sacerdote que anda suelto como un querubín esperando que dentro de este siglo la Corte Suprema por fin deje firme o no la condena, sobrepasa un poco, empalaga. Está bien, al medio hermano de Candela, hijo de otro tumbero que también está guardado, no lo mostraron ni en foto y se crió en la honorable institución de Felices los Niños del singular curita, defendido a capa y espada por Raúl Portal y Mariano Grondona, pero en la vereda de enferente Telenoche Investiga de Magnetto con una primera espada que resultara quebrada en la ESMA y a la que sacan a la calle sólo para ocasiones especiales.
El pincharrata Burlando, que sigue empecinado en ser presidente del club y se las va a tener que ver nada menos que con el kirchnerista de la Brujita Verón, lo primero que hizo fue llevarse por delante con las cámaras que andaba por ahí, conseguir una entrevista personal (¡¿?1) con el juez de la causa cuando todavía no la había aceptado como parte de la causa y ni habían bajado los micrófonos que se produjo un confuso episodio, en confusión grado argentino, cuando uno de los detenidos declaró que no declaró que los asesinos ya estaban en la jaula.
Aclarar que se dijo lo que no se dijo llevó lo suyo. Con el ya mencionado Fernando en primera línea y como otro hombre de punta el para nada económico Miguel Angel Pierri, los 1700 hombres desplegados encanando a cualquiera, las autoridades de los tres poderes en silencio de radio y borrados, nos atrevimos de manera soez a calificar lo de Candela, de movida, como un caso hecho y derecho. Es mucho más: ahora en demasía muestra casi hasta con lujuria el resquebrajamiento, contradicciones y absurdos del sistema. Debe ser el único en donde detenidos y acusados carecen de antecedentes hasta para comer pizza. Un supuesto testigo protegido tiene pegado con alfileres a una  media docena.
Casi con desesperación están tratando de tapar el dolor de madre de Carola Labrador. Una cosa es el respeto al dolor y muy otro traficar con él. Candela fue para una esquina a la que no fue nunca, volvió, se encontró con varones, salió para la otra esquina, la vieron vecinos que después dejaron de verla,  y a la madre, cuando las amiguitas vinieron a preguntar dónde estaba, se tomó su tomó su tiempo e hizo lo suyo. Tardó cuatro horas en dar la alarma y al igual que la hija, no fue hacia donde se suele ir, previa llamada por teléfono. Ella prefirió Crónica TV y recién después la policía. Sería bueno que aclarara algo donde no hay nada claro, como hasta un carpintero dándole de comer pollo a un perro, por qué la pobre criatura tenía un Nextel para sacar fotos. Esos aparatitos sacan fotos, reproducen radio, graban video y muchas cosas más que hace cualquier celular berreta. Pero también tienen, por eso los usan, aptitudes que no tienen los celulares comunes, por más caros que sean.
Por ejemplo, hay quienes apuntan que es un elemento indispensable en las redes de narcotráfico de todo tamaño. Sobre todo las barriales. Las que hacen delivery. ¿Qué fotos iba a sacar las desdichada Candela a la cita que no tuvo nunca, que nunca fue y terminó comienzo el pollo con arroz de un lugar cuidado por un mastín bastante feroz, al decir de los que saben?
La madre y la hija. Las piezas de la trágica historia no calzan  en la Argentina  Paralela.