miércoles, 25 de agosto de 2010

QUILOMBO Nº 126 EN EL GALLINERO

Dudi Graiver, el bankgster platense
Los recuerdos de la niñez se empecinan y en las viejas radios de los '50, los domingos a la mañana, Luis Elías Sojit vuelve a clamar "¡Hoy es un Día Peronista, señores!", y siempre corre otra vez El Chueco Fangio en Europa solamente para ganar, en el Luna Park el seleccionado argentino de básquet les gana a los yanquis, a un seleccionado blanco de blancos cajetillas universitarios pero eran yanquis, no empecemos con detalles, El Mono Gatica se pasea de vuelta por la 5ª Avenue de frac y galera, un gran portarretratos con la pareja presidencial en la solapa mientras chuponea lasciva, insolentemente un habano, y después Ike Williams le sienta de culo por toda la cuenta con la primer piña que le tira antideportivamente en los primeros diez segundos del primer round en el Madison Square Garden.
Ayer fue un Día Peronista. En el más cabal y amplio sentido del término. Nos despertamos con un ministro Julio De Vido anunciando que al igual que los Rodríguez Saa en el paraíso puntano vamos a tener Internet WiFi gratis para todos y se pueden meter a Fibertel en el tugets, después en La Plata Sir Hugo Moyano asumió la presidencia del PJ provincial por pedido expreso del señor compañero Alberto Ballestrini, en coma profundo ya varias semanas ha por un ACV, luego de que el neofeudalismo implantado de hecho por herencias varias uno de los Moyano Jr. lo calificara por tevé de excremento al Pata Medina de la UOCRA, acampado cerca de ahí, frente a la sede del gremio, en pie de guerra, y todas sus huestes pagas devolvían los piropos y lo calificaba de traidor a los trabajadores a Moyano, suponiendo que todos, los de ese acto y los de la manzana de la gobernación, con Kirchner y Scioli a la cabeza, eran trabajadores o alguna vez lo habían sido en el concepto de tal cosa que uno tiene ya apoliyado en el cerebro, y basta sobre el asunto. Es cierto que El Pata pegó duro con el asunto de los remedios para sidosos y cancerosos, atrás toda la menesunda de los camioneros y las obras sociales, pero seamos francos y nada nuevo que no sepamos hace rato por boca de Graciela Ocaña, (a) La Hormiguita, y por lo demás ya hay uno en cana, nada menos que Juan José Zanola de la Bancaria, ¿qué quieren? ¿Enrejar todo el perímetro del país y que nos quedemos a dormir adentro?
La paz y la concordia deben primar entre hermanos. Por eso medio millar de policías, empilchados y pertrechados como para salir en cualquier momento para Irak, mediaban con esa cara de nada que tienen, velando para que las facciones no se vayan a las manos y, de paso, saquen alguna 9mm. de la cintura o una tumbera de caño recortado que tenían sobre la mesada de la cocina.
La sangre no llegó al río y todos los que fueron a La Plata volvieron tranquilos a sus hogares porque ninguno era de La Plata, salvo los vendedores ambulantes, cagados no por la de tiros que se podía armar en cualquier momento, si no porque ya forma parte del folklore que en el medio del revoltijo toda la mercadería vaya a parar al suelo y encima se la afanen.
Por otro lado, las expectativas estaban puestas en el mensaje de Cristina por cadena nacional a la hora de los noticieros que han pasado a convertirse las cinco de la tarde lorquiana en el llanto por Ignacio Sánchez Mejía o en las seis de la mañana del yoruga Horacio Ferrer que es la hora de morir para los que saben hacerlo como la gente, según él. Se iba a anunciar, por fin, la ejecución sumaria de Héctor Magnetto y Bartolito Mitre, colgados de los pulgares. Se acababan los monopolios. Iba a reinar por fin el federalismo para los hermanos negros, indios y payucas del interior. Sin contar con que siempre como sucede en la Argentina, la del eterno empate, de alguna manera se iba a cumplir a medias el requisito que según el hermano masón Germán López, secretario de Raúl Alfonsín, el país tiene que cumplir sí o sí en tanto quiera progresar: sacarse de encima los lastres de Clarín y la CGT. El ex montonero Carlos Tomada, ministro de Trabajo, convenció a los muchachos de los camioneros que levantaran el sitio de las fábricas de Techint, en el fondo gente amiga, se estaba acabando el stock de acero y con él la única producción en alza del modelito, no jodamos, a algún acuerdo vamos a llegar, ya te diste el gusto de recibir el mensaje de un postrado que tiene apagada todas las luces de la terraza, el pobrecito, si hasta el Pata se dio el gusto de recordártelo y mudarte al ridículo, ese territorio del que como nos decía El General no se vuelve nunca, desenchufemos algunos aparatos que todavía se nos va a saltar la línea y nos vamos a quedar todos a oscuras, con velas, como en las villas.
La luctuosa Cristina, en efecto, tuvo a bien mandarse una de sus mejores actuaciones tirándose el pelito para atrás y acomodando los micrófonos, no pudo con su genio y volvió a elogiarlo a Frondizi, los enemigos de mis enemigos más o menos hasta pueden llegar a ser más o menos amigos y lo recordó a Julio Ramos, se disculpó hasta donde pudo e hizo otro tanto con el general Juan Carlos Onganía, (a) La Morsa, y los fantasmas de La Noche de los Bastones Largos, que para colmo La Manzana de las Luces queda ahí cerquita, del otro lado de la Plaza, volvieron a salir corriendo, en la tumba El Gringo Tosco, Mena, Atilio López y los miles y miles de las gestas de los dos cordobazos chuponearon en falso el mate lavado y vacío, solamente plácidamente radiante los hermanos Lidia y Osvaldo Papaleo, que resucitaban las horas muy duras del encierro y las torturas, ahora encima que parece que también cediendo Papel Prensa, para qué volver al pasado ácrata un tanto polimorfa de ella, psicóloga, y él un conductor soportable de tevé y después secretario de prensa de la bailadora flamenca a la que supo flanquea El Hermano Daniel y escoltar el coronel croata Milo de Bogetich, un poco demasiado lábil y elástico el protocolo para un espacio dedicado a patriotas. Por supuesto, ni una palabra en esto de la cuestión de la mediatización de la realidad, que viene de lejos y ya venía de lejos, estando a un paso del negociado de los Mitre y los Madero haciendo unos docks que se sabía que tenían una cota insalvable a los 14 metros y que no iba a servir para nada, como no fuera para el negociado de los terrenos de las Catalinas y la visionarias perspectiva de los galpones reciclados en restoranes cinco tenedores y torres inteligentes para que se mudaran los nuevos burgueses, sobre todo provenientes de los ciclos menemistas y kirchneristas. Ni jota. Tampoco sobre el ex socialista Roberto Noble, brillante ministro de Cultura de la gestión del indubitablemente conservador Manuel Fresco en la provincia de Buenos Aires, uno de los pilares del Fraude Patriótico y la primera Década Infame, tan recordado todo, de la mano de Barceló, Ruggerito, Racing y Carlos Gardel, y desde el '45 colgado como un toque de atención para todos los argentinos, oficialismo o muerte, y si se sigue para el tercero en discordia ahí tienen a todo lo razonable iniciado por don José Cortejarena, el saludo personal de Adolf Hitler a todo el pueblo argentino y a la colonia alemana en esas páginas cuando apareció el que sería el famoso vespertino, el papel del doctor Marcos Satanowsky como abogado del flamante adscripto a la familia a través de un casamiento con la correspondiente dote de la heredera y al general de la SIDE que después de inmortalizarse en el bronce con la maciza frase "la libertad es libre", no va que se le ocurre tener un diario propio y mandó a matarlo, delirio y todo lo demás que daría lugar a un impecable trabajo de Rodolfo Walsh, mucho después que el propio Perón tirara a su camarada de armas al cesto de los papeles cuando con la bondad que lo caracterizó en vida recordó que era el autor, además del monolítico pensamiento ya anotado más arriba, del incunable volumen La posición de firme. En todo caso, si es cierto todo lo que dice Cristina, Papel Prensa no ha hecho si no seguir una honrosa tradición en materia de libertad de expresión impresa.
Pero en esta versión de ahora, demasiado cercana y chapoteando, aparece en escena a mi juicio por primera vez un testaferro en vivo y en directo como si fuera la última adquisición del Barza, la algo más que controvertida figura de David Graiver, (a) Dudi, el banquero de los Montoneros, el bankgster, según la nominación sacada a relucir por un diplomático peronista compañero de cautiverio, un cínico apócope yanqui entre banquero-y-gangster, capaz de mutar como un virus informático, el matutino La Opinión, fiel vocero del sector azul del Ejército y del Departamento de Estado, en realidad ahora, con toda la luz de los spots, propiedad de los Graiver o de Gelbard según una opinión de Camps también sacada a relucir, pero por la nunca reconocida magia peronista en un Día Peronista por excelencia, en un salón para recordar patriotas, el mismo funcionario que cerró el matutino clonado de Le Monde y el príncipe heredero que abrió el vespertino para alfombrarle periodísticamente el camino a la reorganización nacional y a la Industria de la Muerte en la noche más negra que hasta ahora ha tenido el país.
Algún asesor le tiene que decir a Cristina que no se meta a culturosa, literatosa e ilustrada, una arena de la que suele salir reculando penosamente en chancleta. Ayer, mientras revolvía papeles y adornaba el papelito con globos como si fuera un cumpleaños infantil, se le dio por sacar a relucir que esta nueva historieta que presentaba a consideración hasta podía ser un thriller, nada menos, por qué no más cerca del de Castilla y calificarlo de suspense, aunque el asunto no da ni para sainete, y menos si se tira de la piola, porque insistió majaderamente con lo de thriller, y nos encontramos que en el medio de la pista con viruta y aserrín como Philipe Marlowe de entrecasa está nada menos que al ferretero Guillermo Moreno. ¿Ya no teníamos suficiente con la dupla de Mauricio Macri y El Fino Palacios queriendo montar un FBI mistongo cuando a ninguno de los dos les da ni para un botón de la camisa de J. Edgar Hoover? Más que la mesura, en estos casos, de lo que se trata es de mantener la mensura... Por lo demás, si se sigue con cierta fidelidad la analogía, el resultado de un thriller, intermediado por unos cuantos muertos, dentaduras rotas, riñones pateados y demás hay algo que se esclarece, no que se encarajina. Es cierto que los prototipos ofrecidos como héroes no son justamente Niños Cantores de Murialdo, pero lo que queda a la luz es la esputza de más o menos ricos, más o menos poderosos, más o menos renombrados, en una pelea de perros por el dinero y el poder. Sobre todo por esto último y así trepar la pirámide, como viviseccionó un best seller de la década del '60 sacado a relucir gracias a Boris Spivacov y Eudeba.
Cómo murió, quién lo mandó a matar si es que lo mandaron a matar, para qué lado pateaban, quizá nunca se sabrá. Dudi Graiver paró un poco antes de cruzar la frontera norteamericana con México a cargarle querosén al jet alquilado y a poco de aterrizar en Acapulco se vinieron abajo. Lo de Yabrán, sin ser agua de manantial, por lo menos aparece como más claro. Otro tanto Satanowsky, merced a los buenos oficios de Walsh. Para colmo, con todo este circo que se venía, Juan Gasparini liberó en la red la versión PDF de su libro sobre el joven y promisorio banquero platense, con un relato minucioso de cómo fue el atentado de la CIA para abatirlo fuera de EE.UU. y que no se enoje el Mossad e Israel, sus relaciones con Roberto Quieto, la plata de los Born y demás, ahora al alcance de cualquiera, ni qué decir cuando De Vido nos dé Internet con WiFi canilla libre para todos. Hasta se lo puede bajar desde acá, cliqueando el subrayado. Claro que apegarse al mencionado autor puede llegar a ser como escupir contra el ventilador: también es de su autoría el volumen donde husmea y revela un pacto entre El Pingüino y el Chango de Anillaco acerca de unas monedas y Suiza y otros entremeses. Desde Ginebra ha anunciado oficialmente su retiro del periodismo de investigación, una verdadera lástima desde donde se lo mire, porque en una de esas El Calafate y El Chapel SA le daban aunque sea para un folletín, no importa si después se pegue unas vueltas campana como se estila en estas runflas. La ortodoxia fundamentalista del cazador dice que la liebre salta donde menos se lo espera. Y en la concepción de thriller de Cristina, tan acorde a su generación, donde le gustan las etiquetitas y los envases, se lleva de sorpresa que en la analogía elegida efectivamente no hay malos, a lo sumo algunos peores que los otros, pero en medio de los hedores queda una versión más o menos aproximada de lo humanamente sucedido. Y ayer, a la prácticamente sacralizada de Papel Prensa no la reemplazó por otra, sino que ahora hay dos, y de esa manera cumplimentó otro de los mandamientos de una jornada ortodoxamente peronista en cuanto al origen esencialmente dual del fenómeno, ya que el peronismo es en la medida en que no sea ni yanqui ni marxista. Traducido al dilema echado a rodar: ¿los Papeleo-Graiver vendieron bajo la infamia de la tortura o porque los Montos le soplaban la nuca para que les devolvieran la guitarra tan heroicamente conseguida, entre los que se encontraba supuestamente Gasparini con una pastillita de cianuro y en el libro dice que fueron los primeros en llamarla a México para darle el pésame y anunciarle que había sido boleta, qué accidente ni ocho cuartos, amén de caricativas reuniones cuando volvió a Buenos Aires y condonaron el pago de los intereses para desahogarla un poco de la bancarrota que ya se venía? Héte aquí la cuestión. Exhumarlo al Dudi en estas circunstancias no parece una iniciativa muy feliz. En realidad, si vamos al caso, los Kirschner nunca son muy felices que digamos. Y encima de fortunas súbitas se les da por sacar a relucir su versación en thrillers. Quizá porque no sabían que bien puede ser un thriller suculento fue la captura de Roberto Quieto, (e) El Negro, en Olivos, su condena a muerte por un Consejo de Guerra Montonero bajo el mote de traidor, el mismo sambenito -pero proletario- que ahora le cargaron a Moyano, y que Quieto era el interlocutor válido del Dudi y en una charla, matizada con ostras y Chablis, le dijo textual por el acrónimo de La Orga que se consideraban una OPM, es decir, una Organización Político Militar: “Mi OPM es la Other People Money. ¡Hacerse rico con la plata de los demás!", habría chichoneado uno de los pioneros del ciclismo internacional, la fábrica de dinero de humo y la burbuja financiera.
Con todo lo que ha pasado es un sapo muy difícil de hacerlo pasar por la tráquea. ¿Dios los cría y el viento los amontona? Hay demasiado sufrimiento y muerte, como además no parece ser suficiente el tiempo transcurrido, para entrar a sacar a relucir estas cosas que son apenas perlitas de un Camino del Gólgota que supimos conseguir. Ahora, el árbitro elegido por Cristina como primera mandataria es incuestionable: nuestro Poder Judicial, algo así como patear la pelota a la tribuna. Son los dueños de la última palabra, pero un tanto lentejas, debemos reconocerlo. En una de esas, las generaciones futuras se enteran de algo si es que queda algo después del festín.
En resumen, amén de ir por lana y volver esquilados, algo que ya se ha convertido en deporte nacional, resulta que anteayer había una Papel Prensa y ahora, merced a esta prestidigitación que dicen que es fruto de un ferretero frenético, hay dos Papeles Prensas, dos Clarines y dos Naciones. Si lo seguimos al ingeniero Felipe Solá, autor del pensamiento que el peronismo es un sentimiento, algo que para él justifica y explica sentar al Hermano Daniel junto al Comandante Pepe, a Osvaldo Papaleo cerca de Hebe de Bonafini y Twiterman, se trata de otro River/Boca, y pañuelito con cuatro nudos en la cabeza, cazar el trapo y entrar a darle al bombo por alguno de los dos sin saber un carajo por qué uno y no otro, porque si de algo sabe el ex gobernador bonaerense es de divisiones, ya que en su distrito hay 340 clanes peronistas que se adjudican la pureza química y el ADN incuestionable.
Lo que pasa es que ayer fue un Día Peronista todoterreno y el fino despliegue de Cristina distrajo, adentro de la Rosada no se escucha nada, porque a cuatro escasas cuadras de ahí sus compañeros y compatriotas platenses, encabezados por intendente Carlos Bruera, se estaban cagando a tiros de lo lindo y las ambulancias del SAME déle pasar pasar por el bajo llevándole clientes a las guardia del Argerich. Adentro del Salón de los Patriotas, donde se llevó a cabo el acto, las presencias tenían más de ausencias porque las borratinas estuvieron a la orden del día, no hablemos ya de la UIA y otros dueños del país, pero sacar a relucir lo del Dudi y la plata a los Montos, despenalizarlos porque el asunto fue con torturas y todo lo que se quiera, no dejaba en buena posición a nadie y Hebe de Bonafini estuvo ahí, siempre firme como clavo de techo, pero sola, ni hablar de las otras fracturas, tampoco Estela Carlotto con las Abuelas. Hace rato que preocupadamente ha dejado de ser Media Argentina contra la otra Media, sino un 10% por aquí, un 5% por allá, de a ratos se ladran y se sacan los colmillos, una esperanza larga que baja y se pierde. De los de la vereda de enfrente mejor ni hablar porque como dijo una vez Luis Landriscina, están más desparramados que estornudo de ñato.
Las dudas si la provocación inicial fue del lado del oficialismo justicialista, la Camporita del gordito o tal vez una bronquita entre la interna de ellos o los muchachos bravos Estudiantes y Gimnasia que decidieron hacer calentamiento precompetitivo antes del próximo clásico, la cosa es que lo temido a la tarde entre las huestes profesionales del Hugo y el Pata, en la sede natural de la capital bonaerense con calles arboladas de tilos y naranjos, se produjo horas después en la cancha neutral de la Reina del Plata, lugar ideal para ventilar entripados de la Ciudad de las Diagonales como ésta lo es para llevar despelotes nacionales, y así se reactiva económica el quiosquito del transporte de militancia delivery, trapos, bombos y demás. Y se estaban desconcentrando los principales actores en autos oficiales con chofer cuando al ex montonero hoy ministro, Carlos Tomada, le entraban en la casa de Palermo a punta de pistola y solamente le sacaron tres mil pesos y algunas joyas a la mujer, pero jamás el cagaso que se pegó la pobre con el personal de servicio. No demasiado lejos de allí varias damas coquetas de la Coalición Cívica, entre ellas dos que también supieron curtir la onda guerrillera por los '70, ratificaban los pies de barro del discurso de Cristina porque a ellas le constaba cuando estaban en La Orga que a los Graiver los venían apretando fuerte para que devolvieran lo que le habían dado a Dudi para que lo trabajara en la bicicleta internacional y por eso tuvieron que vender Papel Prensa.
Los primeros remezones resultan poco auspiciosos. Han salido a relucir las diferencias entre los Graiver, pilas de guita, cadáveres y bancos de por medio, herencias, escribanos y toda esa comparsa tan poco edificante. Para no quedarse atrás, Eduardo Bussi está que tasca la cadena para irse de la Mesa de Enlace, bueno, de lo que él en un primer momento dijo que estaba unido por el espanto y no por el amor. Todo un sabio El General cuando decía que ellos no habían sido buenos, sino que los que habían venido después resultaron peores. Una sabiduría edificante y vigente, por cierto. Cada vez peores, che.
Fue un Día Peronista. Se podrá decir que no revolucionario. Pero si nunca lo fueron ni lo serán; apenas les da para nuevos ricos quilomberos. Menos mal que dentro de todo se terminaron los monopolios y vamos a tener Internet Wi Fi gratis para matizar los viajes en el Tren Bala...