domingo, 10 de mayo de 2009

¿MANAGER CON G DE GARRON o Y GRIEGA DE YEITE?

El anuncio en torno a que el sueldo mensual que percibe Carlos Bianchi como manager del club Boca Juniors es del orden de los 80 mil dólares, por los tres años que fija el contrato respectivo, retrotrae primero a la irracionalidad y segundo a la idea del potlash, usado previo a la segunda gran guerra por Johan Huizinga, y en 1998, a raíz de unos puntapiés en el cerebro por parte de un subdito inglés a un semejante marroquí, a través de un artículo del peruano Mario Vargas Llosa. Tampoco se puede evitar el estado calamitoso en que están los dos clubes paradigmáticos del país como son los mencionados (ex) Millonarios y unos boquenses hasta con cementerio parque privado bajo la batuta del pretendidamente exitoso Mauricio Macri, hoy peludeando al frente del gobierno municipal y luego de haber tenido que meter el violín en la bolsa de su sueño faraónica de levantar un megaestadio, en Puerto Madero, claro, el enclave menemista-kitchenerista por excelencia, del orden de los 120 millones de dólares para jugar solamente la por lo menos media docena de versión de los superclásicos en todas sus variantes y megarecitales roqueros.

Semejante cantidad de guita es el premio a una trayectoria y capacidad. En los 70 Argentina fue a jugar la Copa Ditborn a Chile y en el seleccionado estaba Carlitos, no tan pelado, mucho más joven. Los trasandinos estaban haciendo el metro, casi a flor de tierra, la como la línea A de Buenos Aires, dado el suelo rocoso y la característica sísmica de su naturaleza. El micro con la delegación iba alcanzando la Estación Central, dejando ya la ruta a Valparaíso para encarar hacia el centro, cuando el azorado Nº 9 de Velez entonces, gritó aterrado al ver lo que veía por la ventanilla:

-¡Miren! ¡Miren, che! Fue un terremoto de la gran puta...

Se refería al movimiento sísmico de un tiempo atrás, el 8 de julio de 1971. Otro del equipo fue más cauto y cáustico:

-No, boludo. Es la zanja que están haciendo para poner el subterráneo.

Moraleja: saber de energía tectónica no sirve para llenarte de guita.


El último apunte es que los dos gigantes con pie de barrio están quebrados, aparte de económicamente, en lo institucional. El fraccionamiento homicida de sus hasta hace poco temible barras bravas, actualmente son más terroríficas para sus propios miembros que para los contrarios. Y el apunte va a que siempre se sostuvo que vivimos en un país que todo lo que comienza deportivo no tarda en devenir político.

Se trata de una idea, de una hipótesis, no muy rimbombante. Pero la han afanado lo mismo. Porque lo famélico del pensamiento nos está postrando. Manga de punguistas intelectuales, miren que no van a ir al cielo, eh...