domingo, 10 de mayo de 2009

LIBROS DE TODOS LOS COLORES

La Feria del Libro 2009 se terminó, medio caiducha, sin euforias de otros tiempos. Ni tampoco motivos de algún tipo para tenerlas. Por empezar, los dos pulpos locales, al anunciar su planes para el año, contemplan la salida de casi un millar de títulos entre los dos. Marx habló de la relación estrecha entre calidad y cantidad. Pero no era mecánica ni lineal. Los bodoques y autoayudas van a estar al orden del día. Ni qué hablar de los ahora llamados instant book, que en poco tiempo pasarán a ser las nanosegundos tapa. Si a esto se le agrega el megachivatazo global del Sonny Reader, el hiperlector con por lo menos medio millón de títulos en el idioma que se prefiera, que se agrega al ya archiconocido Kindle, la masacre viene procedente de una aparente sobreoferta con una Revolución Productiva de Hiperlectores Analfabetos. Lo de analfabetos no sabemos en qué potencia porque quién iba a decir que los que hoy peinan canas y de chicos los cagaban a gritos por ignorantes y chatos al querer atragantarse con historietas y figuritas, resulta que ahora a las letras ni para sopa de tipógrafos, y esto sí que es del tiempo de María Castaña.