viernes, 15 de abril de 2011

UN POCO MAS CERCA DE LA TORTA, NADA MAS

Dos de los hermanos Guzmán, que no pierden el quicio por el delirio periodístico que les otorga 40 millones de dólares cuando tienen que vivir de una miserable pensión mínima y mantener al tercero, minusválido grave.
Oficialmente, el Cedrenor cordobés acaba de aceptar que los hermanos Guzmán son del palo Manubens (ir), lo que los pone teóricamente en carrera por la sucesión tan meneada de Juan Feliciano, tasada ahora en unos 500 millones de dólares. Ver informe completo. Tanto La Voz del Interior de la capital cordobesa como El Puntal de Río Cuarto, matutino donde siempre vivieron los ahora aparentemente agraciados, sigue guardó silencio sobre lo que ya se había adelantado en marzo 1983, en forma exclusiva. Ver la nota correspondiente. El autor de esta bitácora, en aquel entonces, luego, una década después, en un libro editado por Planeta sobre todo el tema y el entretejido histórico del tema con mucha mayor razón, sostuvo que la única heredera era Blanca Rosa Guzmán, hija de Rosario Hermelinda y de Juan Feliciano. También que había un primo hermano, nacido con semanas de diferencia, consecuencia de la unión entre otra Guzmán y José Manubens, que se destacaría por su carrera como senador nacional de la UCR.
Mirar para otro lado con Blanca Rosa va más allá de estúpidos celos profesionales. Ocurre que de ser cierto quedarían todos fuera de carrera. Las 30 Manubens que se anotaron desde el principio y llevan gastados más de diez millones de dólares y estos tres Guzmanes recientes. Son todos sobrinos o sobrinos nietos. Blanca Rosa era la hija, todas las historias del imaginario colectivo la ponían como descendencia directa. Aceptar aunque sea de palabra su existencia los dejaría mal parado, aunque no tuviera consecuencias jurídicas. En cambio Blanca Rosa nunca dejó de reconocer que su hermana había tenido un hijo con otro Manubens, que siendo primos se habían criado como hermanos, y que en un momento el padre lo reconoció porque mandó a llamarlo para un obraje que tenía en el Chaco y ahora resulta que era porque estuvo guardado en alguna penitenciaría por un homicidio. Con mucho menos hacen unos culebrones infernales. Ahora, que estos Guzmán lleguen a ver algo de lo que les toca, es harina de otro costal. Parafraseando a Pascal, el sistema judicial tiene razones que nuestra razón no comprende. Sin contar el tiempo que tarda. Y también las pavadas del periodismo, que tanto en Córdoba como en Río Cuarto les  otorgan un 20% del total, desheredando a los otros hijos de José Manubens, cuando en realidad no alcanzarían al 2%.
Así las cosas, un matutino riocuartense y un multimedio cordobés decidieron abrir todo el juego y patrocinados por el correspondiente abogado hicieron su irrupción los descendientes de Blanca Rosa, que venían a ras del suelo desde el 2008 y con una novedad más que novedosa: el ADN los da también como sobrinos nietos porque la única mujer hallada en 1983 también era hija de José, no de Juan Feliciano. ¿Qué tal?