martes, 2 de noviembre de 2010

EL ETERNESTOR DESCANSA EN UNA BOVEDA PRESTADA DE RIO GALLEGOS

Los afiches con que empapelaron la ciudad promocionando el acto.

LA HISTORIETA CONVERTIDA EN HISTORIA
El Eternauta, la historieta de ciencia ficción creada por el guionista Héctor Germán Oesterheld y el dibujante Francisco Solano López, publicada inicialmente en Hora Cero Semanal de 1957 a 1959, es un clásico de la cultura popular tan intocable como enrevesado. Aparte, a esta altura, con las interrupciones y reapariciones que tuvo, agregado al destino trágico de su guionista y sus hijas, resulta ocioso tratar de separar realmente lo que fue dibujado e impreso de las cosas que se han dicho y escrito sobre esa obra, algo que supera largamente en vastedad y ambiciones. Es más: hasta es atinado conjeturar que todo lo que se ha dicho es la verdadera realidad de lo realmente hecho.
La cita viene a cuento porque el personaje fue exhumado a mediados de setiembre último para promocionar un acto en el Luna Park de apoyo a Cristina Kirchner donde iba a hablar su marido y su principal patrotinante era La Cámpora, una fracción juvenil impulsada por Máximo, el hijo mayor de ambos. Los costos invertidos en semejante despliegue nunca se ventilaron. Menos que menos sus orígenes. Y ahora, a un mes y medio de sucedido, aparecen los fantasmas escalofriantes de otras secuelas que se agregarán a las ya múltiples derivaciones del personaje y al balbuceo mítico sobre la erección de El Pingüino hasta como un paradigma revolucionario.
Néstor Kirchner al final no fue orador en aquel acto. El fin de semana anterior habían tenido que salir de urgencia hacia una clínica de Belgrano y hacerle una anginoplastia, colocándole el stetner correspondiente, debido a la obstrucción de una arteria coronaria. Era el segundo episodio de ese tipo y esa gravedad en muy poco tiempo. También sería el último. Desoyendo los clásicos, paternales y siempre alarmantes consejos médicos había vuelto prácticamente al minante trajín como si nada. El tiempo lo urgía. Por encima de la racionalidad clínica y de la actitud conservadora, paternal, de los galenos, estaba todo su pasado timbero y la omnipotencia en que su buena estrella terminaría primando sobre la tiranía de la realidad.
Ahora la información tiende a apuntar a su hijo Máximo, repentinamente encubrado tras su muerte, mentor de La Cámpora, como el autor de la idea de crear el Eternéstor de los afiches, cuyo facsimilar abre esta entrada. A la luz de los sucesos no resulta muy tranquilizante las concomitancias de la idea y las hijuelas incontrolables que tira siempre la cultura. Al personaje original los lugares comunes lo han consagrado como un símbolo sin más de la Resistencia Peronista, particularmente no tanto de la Fusiladora que se entronizó en 1955 como del onganiato que desembocó en los dos Cordobazos y por extensión, dado el destino sufrido por el autor y sus hijas, casi paradigma del montonerismo combatiente, perseguido y masacrado por la última dictadura militar. Los amigos de elucubrar teóricamente con estas manifestaciones de los vulgarmente considerados géneros menores machacan, sobre todo, que el autor instaló para siempre la idea no del héroe individual sino del héroe colectivo. En la Feria del Libro del 2008, auspiciada por las 62 Organizaciones, se dio una charla donde sin más se puso al Eternauta como figura representativa de los que comúnmente se conoce como Resistencia Peronista. El 21 de octubre del 2009, durante el acto de reglamentación de la nueva Ley de Medios Audiovisuales en el Teatro Argentino de La Plata, Elsa Sánchez, la viuda de Oesterheld, y Francisco Solano López, el dibujante primero de la tira, descendiente del famoso mariscal paraguayo que lo enfrentó a Mitre en una guerra que no se va terminar de digerir nunca, le entregaron a la ya presidenta Cristina Fernández la estatuilla del Eternauta, una especie de Oscar o Martín Fierro a los comics, como "reconocimiento a su coraje al haber impulsado desde el poder ejecutivo la sanción de la Ley de Medios." El 5 de octubre de este año, cuando Cristina Fernández, al frente de la muy nutrida delegación argentina a la Feria del Libro de Frankfurt, donde de la docena de paneles que constituían el stand dos estaban enteramente dedicados a ella, tuvo una especial dedicación a la viuda del consagrado guionista y la distinguió a Elsa López también como reprentante simbólica de los setente autores invitados que constituían la delegación, abrochando de esta manera la instauración mítica del personaje que comenzó su vida de ficción en Vicente López, junto a tres amigos, cercado por una nevazón electrónica que a fines de los '50 le dejaba sólo a la imaginación algún asidero científico o una explicación racional.
Trazar paralelos entre vidas reales y de ficción suele no se muy aconsejable. Ahora, este amuramiento entre el héroe pergeñado por Oesterheld y El Pingüino no parece muy plagado de felicidades, salvo para los fanas de la historieta de cualquier tipo. El Eternéstor estuvo bastante lejos de combatir, palo y palo, con las extrañas, invencibles fuerzas con que lo hizo su par de papel y plumín. En lo que sí quedan estrechamente emparentados es en los finales abruptos y no muy felices que tuvieron los dos.