Posiblemente a un costo entre 25 mil y 40 mil dólares mínimo, pagados por jugadores, DTs y dirigentes, con diez días de anticipación, en el mismo vuelo en que viajó la delegación oficial, ya están en Pretoria, el contingente de barras no se sabe para qué aunque todos sepan para qué. Estando Bilardo & Co. no se pueden esperar los Niños Cantores de Murialdo. Y todavía faltan más. Los apocalipsis de golpes, cadenazos, muertes y demás es terrorismo informativo. Lo que no se blanquea es la función de estos hinchas caracterizados, al decir de uno de los más caracterizados, y la oficialización vergonzosa y vergonzante por parte de los responsables de la cúpula.
El periodismo aporta lo suyo, en nombre del escándalo moral. Bajo el formato la obligación de informar les dan aire, sonido y luz. Son funcionales. Todos son funcionales. Funcionales al negocio del fútbol. Como el jugador internacional argentino que terminó su carrera en Europa y tiene, que se sepa, 60 departamentos sobre la avenida Libertador y Palermo Chico. Otro recién empieza y le regala a la novia una Ferrari de 40 mil dólares. ¿De dónde sale tanto dinero para tenr que financiar guardias pretorianas dispuestas a todo y ahora, para colmo, alojadas en Pretoria?
Y todavía faltaba la segunda tanda. Con detenciones y deportaciones desde el mismo aeropuerto mientras un amistoso entre Nigeria y Corea del Sur terminaba con un muerto y cantidad de heridos. Encima el presidente zulú, unos días antes, le tuvo que sacar la tarjeta roja a una de sus tres mujeres oficiales porque uno de los guardaespaldas se había tomado demasiado a pecho la función y ella no estaba para nada disconforme.
¿Cartón lleno?
Y todavía faltaba la segunda tanda. Con detenciones y deportaciones desde el mismo aeropuerto mientras un amistoso entre Nigeria y Corea del Sur terminaba con un muerto y cantidad de heridos. Encima el presidente zulú, unos días antes, le tuvo que sacar la tarjeta roja a una de sus tres mujeres oficiales porque uno de los guardaespaldas se había tomado demasiado a pecho la función y ella no estaba para nada disconforme.
¿Cartón lleno?